martes, 15 de julio de 2008

El bundo visto antes de los 12 años

La verdad es que viajar me gusta y me repugna al tiempo, nunca pensé mucho en ello, pero supongo que se debe a que de niño cambié varias veces de residencia, lo justo para que un despistado como yo se hiciera un buen lío.

Por lo que me contaron estuve a punto de nacer en Suecia, y a última hora terminé naciendo aquí. Lástima me hubiera gustado ser alto y rubio.
Después me mandaron con mis abuelos, allí descubrí más viajes, tengo recuerdos difusos de la Torre de Hércules, de conversaciones con los marineros del puerto, de cómo se reparaba una red, ver atracar y partir mercantes, y el Ferry a Londres. De ese me acuerdo por usarlo, aunque no del puerto de Londres.
De Londres me acuerdo de los dinosaurios, las cosas de no tener la mente asentada, mis recuerdos mezclan dinosaurios y calles con naturalidad, aunque sepa perfectamente que son huesos del museo. También me acuerdo de la guardería y de un niño que me llevaba a casa en su coche, que era grande como una casa (más tarde me explicaron que el coche era un Bentley). Me acuerdo del gato y yo tocando la nieve por primera vez, nos miramos extrañados por esa cosa blanda y fría. Y la tocamos con la punta de los dedos.

De allí fui a Madrid con mis padres, nuevo colegio, en inglés para aprovechar que estuve en la pérfida Albión un año. Los profes les dijeron a mis padres que no entendía el inglés, en realidad no entendía era que repitieran mil veces las mismas tonterías y al rato dejaba de hacerles caso. Recuerdo mi primer amor, y mi primer odio, ambos femeninos, de esa época supongo que me viene mi manía a los argentinos, ya que la chica que me martirizaba lo era. Recuerdo también el parque de Perón y mis paseos con la chica que me gustaba, dejaba las chapas o con lo que estuviera y me iba a hablar con ella, curiosamente los amiguitos no se burlaban ni nada, me avisaban de que había llegado y todo.

Tres meses de estancia en Ibiza y Alicante me hicieron conocer a más gente, ya empezaba a estar harto, aunque con los gitanos del barrio viejo me lo pasé como nunca, aprendí muchas cosas, y recuerdo que se preocupaban mucho porque era el pequeño y no conocía el sitio. En especial Hugo, a quien su madre amenazaba conque le iban a llevar los jipis si se portaba mal. Nota mental ¿Acaso ese es el origen de mi fobia a los jipis?

Antes de que me diera cuenta estaba en Coruña, lo mejor el mar, me había olvidado de el. Lo peor, que mi abuelo había muerto y ya no volveríamos a a pasear por el puerto. Tambíen era bastante fastidioso volver a empezar a hacer amigos y usar bolígrafo en vez de lápiz para escribir.
Por aquel entonces epecé a ser un poco tímido, además descubrí dos personajes entonces desconocidos para mi, los abusones y los chulos. Había tenido problemas con mi prima y la niña argentina, pero nunca me vapulearon ni me tuve que partir la cara, y la manía de competir y ridiculizar aún no la entiendo, vaya choque.

En medio y hasta los 10 años se encuentran las vacaciones de verano, siempre de viaje a Ibiza, Alicante, Lloret, Mallorca, Segovia un mes en la playa de Estorde nunca faltó, siempre nueva gente, y cada vez con menos ganas de conocerlos para después perderlos.

3 comentarios:

Raymunde dijo...

Muy buenos tus recuerdos. Una se queda con ganas de saber más, aunque no siempre lo diga.

Un abrazo

FabuMona dijo...

Recordé que registré mi blog por aquí (THOB) y, chequeando la lista de blogs personales me llamó la vista la referencia a los 40´s, he leído el último post y me quedé maravillada con tanto movimiento, mis cuatro décadas y "algo", las he pasado casi en un sólo lugar, qué envidia! ja ja ja
;?)

Fonsito dijo...

Supongo que ya me he acostumbrado, 30 años con esos recuerdos, la costumbre, ya se sabe XD.

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